domingo, 12 de diciembre de 2010

Molestas.

Mi corazón se encuentra como una reacción dormida, un vegetal entre tus jardines, silencioso, e inconstante.

Mis miedos son estos muros enormes, y esas palabras enredadas en todo lo que soy, son mis venas un murmullo eterno.

Mi boca no es sino un cubo inexpresivo, una plaga de errores, de movimientos sordos.

Y mis lágrimas caen, corriendo hasta mis hombros, te grito en penumbras, soy lo que escuchas, y odias que sea cierto.

Construyo un aljibe lleno de lágrimas, rodeo cada partícula de voces, penetro con palabras ese cuerpo tuyo, lo invado de aves rojas, lleno todo de nubes negras y de polvo.

Te grito, 
te grito fuerte, 
no necesito tu amor.